miércoles, 21 de noviembre de 2007

Noodles en Praga: ¡con dos boles!

Como de esta parte no hay fotos, porque no-sé-quién no me dejó hacer (aunque tampoco estaba yo muy en condiciones de hacerlas), pues lo explicaré...

Resulta que nuestra segunda noche en Praga fue algo rara. Antes de volvernos al hotel, pasamos por nuestros amigos chinos a comprar la cena de esa noche y algo para hacer para el tren del día siguiente. Hice para el tren arroz, en bolas (que se destrozaron en el tren de la muerte, aún desconozco el porqué) y para la noche me había comprado un bol de noodles precocinados, de esos que les metes agua caliente y a comer. Pues bien, resulta que después de dos bocados de aquellos noodles, de ver mi boca ardiendo terriblemente por lo que llegaban a picar, lo dejé apartado y comí un poquito del lomo que llevábamos, lo justo para que un par de cervezas y un poco de super-calimocho praguense me dejaran KO apenas un par de horas después. El Iñaki y el Marín comieron una especie de pasta asiática rara, que probé y estaba buena.

Pues como ya dije, nos decidimos a salir esa noche en el bar que había allí en el hotel: el futbolín era una mierda, para qué nos vamos a engañar, y entonces decidimos tirarnos a la bebida. Después de unas cuantas cervezas y algún que otro cóctel raro, llegó el momento del super-calimocho, y es que en Praga la proporción de vino que se le echa al calimocho es de un 90% por vaso, así que te puedes imaginar cómo estaba aquello... Pero el Marín, ni corto ni perezoso, se bebió en dos tragos lo que yo no había sido capaz casi ni de probar, por lo fuerte y cargado que estaba. Así pues, estaba claro que tenía que llegar un momento de esos que recuerdas toda tu vida.

Al volver a la habitación y debatir sobre si (si eres la Ana deja de leer... ¡aquí!) debíamos decirles a las de la habitación de al lado que si querían juerga nocturna (ya puedes volver a leer, Ana) a alguien se le ocurrió la magnífica idea de preparar aquel segundo bol de noodles que yo había comprado, de la misma marca que los primeros, por tanto, picantes hasta la muerte. Obviamente hablamos de un pusilánime que desprecia su existencia. Pues ni cortos ni perezosos, sino más bien borrachos preparamos los noodles con un poco de agua calentita.

Llegó el momento de la verdad: yo, me había borrado de esta apuesta; aún no estaba lo suficientemente borracho como para haber olvidado el sufrimiento de la cena. Pero el Iñaki y el Marín querían demostrarse mútuamente su hombría, mismamente si las buenorras de la habitación de al lado no estaban delante. Así que la apuesta fue de la siguiente manera: se trataba en comerse los noodles, una cucharada cada uno, sin poder beber ningún tipo de líquido.


¡Ñam, ñam!

Ya después de la primera palada se empezaron a ver caras de sufrimiento, que se hicieron más intensas con todas y cada una de ellas. El sudor, el dolor y el peso físico y psicológico que significaba terminarse aquel bol de noodles era estremecedor. Pero cuando llegaba la recta final... ¡un desafortunado accidente hizo caer el bote! ¡NO! ¡HORROR! ¡La hombría se iba a ver manchada! Hasta que, con un valor fuera de lo común, Marín, el autor de la caída del vaso de noodles tomó una determinación: "¡Pues me bebo un chupito con el caldo que queda!". Dicho esto, y bebido el correspondiente chupito, no nos quedó más que inclinarnos ante el verdadero macho ibérico, capaz de resistir unos noodles mortales... ¡y encima enchufarse un chupito con el caldo!

Más tarde, y ya después de haber probado algo líquido (no era cuestión de terminar en el hospital...) la noche parecía seguir por los mismos derroteros, cuando en un acto de valentía a nuestros gallardos héroes se les ocurrió que podían seguir la apuesta comiendo pan con salsa picante de doritos. Pero la sorpresa fue que la salsa picante tampoco lo era tanto. Aparte, al día siguiente había que tomar un tren, por lo tanto... Nos fuimos a dormir, algunos bien seguros de su merecido honor.

¡Salve a los héroes del DS!

PD: ¡ya hicimos el sorteo de las postales! Próximamente colgaremos el vídeo para que veáis que no hay trampa ni cartón. ¿Quién habrá sido la ganadora?

PD2: La pregunta del nuevo concurso:
¿Cuál era el manjar favorito de los paten?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Primer comentario!.
Wow, hacía mucho tiempo que no pisaba este blogggg.

Ahora, eso de llamarle super-calimocho a un calimocho sin absenta, no sé yo eh... para ser super-calimocho debería de llevar absenta xD

Anónimo dijo...

oh gran marin te adoramos todas las noches xD

Anónimo dijo...

Aquí estamos de nuevo!! Hacia tiempo q no entraba... :S

El manjar de los paten? Bocata rancio de nocilla?? ;)

Muaa niños!

Tía Doc.- dijo...

Feliz 2008!!

Un saludo.